Publicado en Scholarship Winner por Chris Eskew el 26 de agosto de 2022.
Alexa Boyer
Estado de Oregón
Ensayo para el concurso de becas
Vivir con un padre que se cae, se vuelve a levantar, sólo para tropezar y volver a caer en las drogas y las elecciones desagradables me pesó antes de lo que debería. Aprendí valiosas lecciones de los errores de mi padre, pero aún así sufrí al verme atrapada en el fuego cruzado. Aprendí a poner límites y a manejar la decepción con calma.
Recuerdo perfectamente que cuando mi padre empezó a entrar en barrena, mi importancia disminuyó en comparación con las demás cosas que le rodeaban; dinero, amigos que nunca había conocido, nicotina, y la lista continúa. Cavaba más profundo que las zarzas y los zarzales. Yo era todo lo que le quedaba a mi padre después de que mi madre se divorciara de él, pero me hizo a un lado por cosas que él nunca priorizó sobre mí en el pasado. Empezó a trabajar en Lyft y me dejaba sola en su apartamento hasta las dos o las tres de la mañana porque las tarifas eran mejores por la noche. Lo único que yo quería era pasar tiempo con mi padre, pero él se quedaba dormido durante el día porque trabajaba de noche. Me mentí a mí misma durante meses. Intentaba excusar sus acciones o que no me molestara tanto. Cuando, por enésima vez, cancelaba los planes para echarse la siesta, la decepción dejaba de llegar. La aceptación se deslizó a su antiguo lugar. Ya no siento las emociones abrumadoras cuando las cosas no funcionan, sólo una leve nostalgia hacia lo que podría haber sido antes de seguir adelante.
Ningún niño debería tener que presentar un ultimátum a su padre. Lo de conducir y llegar tarde a todo para coger unos cuantos viajes más "por el camino" ya escocía bastante, pero cuando las desconocidas empezaron a residir en el apartamento que yo utilizaba para esconderme mientras mi padre salía a conducir, se pasó de la raya. Todavía no sé quiénes eran esas mujeres con su olor a cigarrillo y su exigencia de todo lo que mi padre poseía mientras "buscaban" un nuevo apartamento. No estaban buscando, sólo querían aprovecharse de la situación en la que se encontraba mi padre. Yo o ellas, le dije. Los eligió a ellos. Mi padre tomó muchas malas decisiones, no puedo decir que me sorprendiera cuando supe que estaba en la cárcel del condado un año después.
No sé cuando cayó de nuevo en el uso de metanfetamina, no sé cuando dejó de transportar personas y comenzó a transportar armas de fuego a cambio de su próxima dosis, no sé cuando su "compañero de moto" se convirtió en un monstruo manipulador que lo coaccionó en algún esquema masivo que. Todo lo que sé es que conducir tres horas para asistir a su audiencia en la corte. El zumbido en mis oídos mientras la fiscalía presenta sus declaraciones, informándome de todo este lío. Llamando a mi padre un peón que fue utilizado para el beneficio de esta persona. Derramar lágrimas ante el juez mientras hablaba y muy probablemente ser la razón por la que su sentencia cambió de entre 2-40 años a libertad condicional. Quiero a mi padre, es una buena persona, pero nunca quiero repetir sus errores.
